Cuando la falta de control se apodera de nuestro día a día nos hace daño a nosotros mismo y a nuestro entorno. Habitualmente, un impulso suele ser un acto no premeditado y sobre el que ya no tenemos control.
Esta falta de control suele venir acompañada de nervios, volver a encontrarnos en la situación que nos hace daño (seguimos repitiendo) y sentimientos de culpa tras la conducta.
Entre las formas más comunes ante la dificultad para controlar los impulsos encontramos, entre otras:
- Cleptomanía (impulso de robar objetos).
- Compra compulsiva.
- Tricotilomanía (impulso de arrancarse el pelo).
- Onicofagia (impulso de morderse las uñas).
- Tics nerviosos.
- Procastinación o postergación(impulso a aplazar una acción).
- Control de la ira.
Cuando estos sentimientos se alargan semanas o incluso meses es posible que nos encontremos ante una depresión.
Quizá uno de los motivos que más tristeza nos produce es la pérdida de algo o de una persona querida. Superar un duelo es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos las personas.
Normalmente, se resuelve con el paso del tiempo y de manera natural, pero en ciertas ocasiones no se consigue elaborar la pérdida y se produce esto que llamamos duelo patológico. Esto es una respuesta natural que nuestro organismo activa para defenderse de un peligro o para afrontar una situación complicada: ansiedad.
Dentro de lo que llamamos ansiedad encontramos, entre otros, Ansiedad Generalizada, Trastorno Obsesivo-Compulsivo, Fobias y Miedos, Agorafobia, Trastorno del Pánico, Hipocondría y Estrés.
Si notas que pierdes a menudo el control y no sabes controlar tus impulsos no dudes en contactarme y cómo tu psicólogo en Ávila te ayudaré a encontrar una solución gracias a esta terapia para el autocontrol y control de impulsos en Ávila.